martes, 17 de agosto de 2010

AL TÍO ANTÓN q.e.d.


Corrientes subterráneas dormidas en tiempo
se revuelven despertando mis sentimientos
que en legajos, bien archivados,
quedaron en la biblioteca del pensamiento.

Liberal en tus comienzos de juventud
de un plumazo cerraron tu boca
entre rejas sellaron tu mente
por defender, arrogante, tus derechos,
los de otras muchas gentes.

En paños menores y descalzo
por la vía del tren andando,
te habían cogido en Mieres,
hasta la capital te llevaron,
encerrándote en la cárcel
medio muerto, casi desangrado.

Fuiste para ellos una mala hierba
que creció en el jardín exuberante
de sus desatinos, toscos deseos
de tener al proletariado esclavizado
pasando necesidades de primer grado,
hambre de cultura, de pan, engañado....

Nadie me ha contado nada abiertamente,
por mis ojos la imágenes
por mis oídos los lamentos
quedó gravado hasta el tuétano.

Bajo dos penas de muerte
en vilo estaban esperando,
tu padre, tus hermanos, hermanas......
yo asustada observaba y callaba,
la fatal noticia que les abrumaba.

Todos los días de la semana
acompañaba a mi tía, tu hermana
al penal donde te tenían
a veinte minutos de casa,
siempre a la misma hora,
las doce de la mañana,

donde un guardián carcelero
recogía la cestita etiquetada
portadora de un cocidito y algo más,
a cambio la del anterior día nos daba
con los cacharros, por tí, fregados.

El abuelo no cejaba en sacarte desa "Casa"
hablando con muchas autoridades
y otras personas de buena casta
demostrándoles insistentemente
no tener manchadas de sangre manos
solamente eras un boceras
que hervía la sangre en venas
de juventud inesperta.

Pobre abuelo, se doblegó insistentemente
hasta sacarte de la muerte
¡ qué no hubiera hecho él
padre y madre a la vez!.

Leonor Rodríguez Rguez.








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