lunes, 31 de octubre de 2011

VETE VIENTO VUELA






Este viento es el paso de los años que, a los recuerdos los va nublando y lo doloroso se vuelve
llevadero al acostumbrarnos a vivir con ellos. Inspirado en mi esposo.



El silencio me sublima, me enternece, me adentra en un mundo mágico donde en mis ensueños veo todo lo que me apetece: A ti, atisbando tras los cristales de mi ventana en noche clara, subyugante,de estrellas rutilantes donde la Luna coquetea con cada lucero que pasa a su vera y tu, sigues atisbando, viento lujurioso, te seducen mis palabras porque en alto sueño; son para él mis profundos sentimientos, para el que navega a través del tiempo y llega a mi alcoba con luz que ilumina la estancia y platicamos muy quedo; no murmures incoherencias viejo loco,¿ no te llegan nuestros ecos? ¿ no ves nuestros lechos? no limpies los cristales de los velos de nuestro aliento,déjalos estar, es la intimidad la que alimenta nuestro pensamiento y se desboca en la piel de nuestros cuerpos que se presentan sinuosos hacia el toque que, enloquece pasiones, cuando vuelan mariposas en intercambios caprichosas; vete viento que el alba llega, quiero, aún de día, seguir soñando mi quimera porque la luz de él ya no me llega. Vete viento, vuela.

Leonor Rodríguez Rguez.

jueves, 20 de octubre de 2011

TRITÓN EL DUENDECILLO DEL BOSQUE ENCANTADO. CUENTO


El geniecillo estaba dormido
bajo la seta roja
del bosque encantado,
lleva día y noche
en ese estado;

todos los habitantes
están alarmados,
a su alrededor
cuchichean asombrados:

¿Que le pasaría?
¿ Que le está pasando ?
cuando todo en él
era luz y encanto,
siempre con su flauta
tocando, cantando, bailando...
alegrando la vida
del Bosque Encantado.

Rabit,
el conejito blanco,
pregunta al señor del Bosque,
al sabio y viejo Baobab:

Señor,

¿ se nos está muriendo?
¿ tú sabes algo?.

Desde mi altura he observado que,
el geniecillo se adentraba
en el país del hombre,
desde entonces está dormido y callado;

dile al Hada Mariposa
que vuele frente a su rostro
para abanicarle,
sacarle de ese sopor
y que cuente la historia
de su desaparición.

El Hada Mariposa
muy tranquila
acede a la petición,
con sus alas,de arco iris,
abanica al pobre geniecillo
apodado Tritón,
por su destreza nadando
por el fondo del Lago Azul;

abre los ojos, se despereza,
de un salto se sienta en la hierba,
¿hay asamblea?
tenéis la cara tan blanca
como Luna en noche estrellada.

Locos de contentos





los habitantes.....
les rueda por sus mejillas
lágrimas de alegría.....
todos preguntan a coro:

¿Donde estuviste?
¿ Que te pasó?
¿Por qué duermes tanto?

Tritón se siente importante
ante tanta atención
y muy parsimonioso
a todos manda callar....

con suave voz,
les narra la historia
que en el mundo del hombre vivió:

He pasado al otro lado
lo he visto todo,
gracias a mi estatura
me escabullí entre gente,
animales y cosas
que no sé describir;

no me gustó nada,
el ruido me ensordecía,
cuando toqué mi flauta
nadie se enteró,
andaban a pasos largos, aprisa
sin tan siquiera saludar;

el calor era espantoso,
me asfixiaba,
en mi garganta
se había metido una nube
de malos mosquitos
que no pude expulsar,
me picaban y picaban,
no me dejaban en paz;

no había hierba,
el suelo era duro y desigual,
los monstruos
me querían aplastar,
se engullían a los hombres
sin más.....

En un momento de emoción
me agarré al pantalón
de un hombrón
y el monstruo hambriento
nos engulló a los dos;

después de gran movimiento
en su interior
abrió su abdomen,
salimos los dos,
yo agarrado al pantalón,
seguí agarrado para mas
seguridad.....
el hombrón se adentro
en una cueva alta,
como el señor Baobab,
llena de agujeros,
tapados unos
con tela de araña
dura y transparente....
los otros restantes,
también tapados con algo duro,
impenetrable con la vista,
como cuerpo de Baobab.

En unas fuentes, muy raras,
por unos canales salía agua
cuando el hombre quería,
allí se bañaba;

se acostaba en una cosa rara,
no era hierba, no era musgo,
no eran flores, olía mal.

En la cueva del hombre
había pequeños monstruos:

Unos hablanban, cantaban
hacían ruidos extraños;
otros hablaban con el hombre
cuando se lo ponía en la oreja;

había un monstruo
que se comía la ropa sucia
y luego la expulsaba limpia.

El mundo del hombre es muy raro,
pasé miedo, pasé hambre....
y en cuanto el hombrón se dispuso
a salir.....
me agarré nuevamente a su pantalón
para huir de tan maligno lugar
y volver a mi bosque de amor.

Una vez me vi fuera de tan horrenda cueva,
agudicé el ingenio
para encontrar el camino de vuelta,
no me fue fácil,
ya que los obstáculos a sortear
eran superiores a mí,
estaba agotado, no podía más....
miré a mi alrededor
una pequeña cueva vi,
pero no como la del hombrón,
parecida a las nuestras,
hacia ella me encaminé,
ya me disponía a entrar
cuando una voz me detuvo...

¡Eh, tú!,¿ qué vas hacer ?
esta es mi casa,
(¿Así que se llamaba casa?

El que así me increpaba
era un ser diminuto,
casi como yo,
no veía muy bien
y tenía cuatro patas y pelo,
parecido a Rabí,

anda, pasa, me dijo;

me adentré en aquella cueva-casa,
una vez dentro no se estaba mal,
me dormí sobre lecho de hierba seca,
cuando descansé,
el señor de la morada
me invitó a comer con él,
mientras comíamos se me presentó:

Me llamo Topo Cegón 1º
soy dueño de esta casa
y todos los corredores
que en ella hay.
Tú ¿ de donde vienes?
nunca había visto un hombre tan pequeño.

Me llaman Tritón
y vivo en el Bosque Encantado,
el que está al otro lado
del mundo del hombre,
¿sabes? estoy triste
y apesadumbrado
por haber marchado sin decir palabra
a todos mis amigos y me encuentro
despistado,
no se a cuanto tiempo
me encuentro de mi bosque....
yo sé algo de eso, no te preocupes,
me contesta, yo te ayudaré;
después de varias caminatas
por las galerías de la casa
de mi amigo.....
he llegado tan cansado
que dormido me he quedado.

Os pido perdón, mis amigos
por mi marcha sin avisaros,
agradeciéndoos tanto cariño
que me habéis demostrado,
apesadumbrado estoy, avergonzado,
perdonad no soy un descastado,
solamente un presuntuoso aventurero
que creyó comerse al mundo
sin vuestro abrazo.

Nuestro bosque es lo que cuenta,
naturaleza viva, incomparable
a ese mundo del hombre
ruidoso, contaminante....
cuidemos nuestro bosque,
que naturaleza impere
en vivencia palpitante,
por nuestra supervivencia
y la de ese hombre, errante....

Los animalitos, plantas, árboles...
hasta el lago, aplaudieron el mensaje....
de TRITÓN.




Leonor Rodríguez Rguez.